Vamos a comenzar este artículo con una pregunta. ¿Por qué saltan las alarmas cuando se hablar de la necesidad de crear un blog de empresa? Seguramente por desconocimiento. Sin embargo, podemos asegurar que gran parte del impacto que tienen las grandes compañías a día de hoy se debe a la estrategia de creación de contenidos. Y sí, el marketing de contenidos tiene un soporte muy sencillo: un blog corporativo. Ahora que ya hemos visto que algunos gigantes dentro de su sector tienen blog (véase el caso de ING Direct), es normal que queramos uno. Pero, ¿cómo se crea una bitácora? ¿Cuáles son las claves para que este nuevo soporte pueda tener la mayor eficacia posible?

¿Qué estructura debe tener?

Ahora que ya sabemos que el marketing de contenidos es vital para nuestros intereses, vamos a ver cuál debe ser la estructura del blog de nuestra empresa. No que decir tiene que esta es la estructura básica, la cual, podrá adaptarse en función de las necesidades concretas que se puedan tener.

La cabecera o header

La cabecera es la parte del corporativo que primero se va a visualizar. De ahí que la debamos aprovechar para situar nuestro logotipo así como el menú principal, el cual, nos va a permitir navegar por el mismo o, también, por el resto de la página web.

El cuerpo del blog

En esta sección, al menos por norma general, se debe elegir entre dos configuraciones bien distintas entre sí. Por un lado tenemos la posibilidad de mostrar al usuario un extracto de algunos artículos, el cual, irá acompañado de una imagen. Ambos elementos, extracto e imagen, actuarán como gancho. Por otro lado, podemos optar por fijar de manera permanente un texto que sirva de presentación del blog y de todo lo que el usuario va a poder encontrar.

Barra lateral, también conocida como “sidebar”

Vamos a partir de la base que las últimas tendencias, minimalistas donde las haya, suelen prescindir de este recurso. El motivo es que, para muchos, sobrecarga mucho el conjunto y no aporta realmente nada al usuario. No obstante, en el caso de que se incluya, la mejor alternativa es la de incluir en ella artículos relacionados, comentarios o enlaces de interés.

Pie de página o footer

Un lugar denostado por todos para hacer linkbuilding, sin embargo es una zona ideal para incluir algunos de los créditos de la página web. El año de creación, el “copyright” de los derechos y, también, los enlaces a las redes sociales corporativas, son algunos ejemplos de lo que se puede ofrecer allí. Todo ello, eso sí, manteniendo un estilo minimalista para no saturar.

Y los artículos que escribimos, ¿cómo deben ser?

Se podría decir, y no estaríamos exagerando lo más mínimo, que esta es una de las preguntas que más se hacen aquellos que tienen entre manos un blog y quieren sacarle todo el partido posible. Podríamos estar debatiendo horas, e incluso días sobre cuál debería ser la estructura más óptima y quizá no llegaríamos a ningún acuerdo. Sin embargo, a continuación vamos a dar unas directrices que pensamos deben cumplirse para tener una base lo más sólida posible.

Los títulos y los subtítulos como pilares básicos

Si hay dos elementos que sí que podemos considerar como cruciales dentro de la estructura interna de un blog son los títulos y los subtítulos. Y lo son por varios motivos. El título es la herramienta que nos va a permitir llamar la atención del usuario y la que nos va a dar un “plus” en cuanto a posicionamiento se refiere. De ahí que tenga que ser conciso, claro, llamativo y, en la medida de lo posible, contener alguna de las palabras clave que queramos trabaja dentro del texto. En cuanto a los subtítulos, su importancia radica en el hecho de que van a servir a lector y motor de búsqueda a poder leer la información de una manera mucho más sencilla. Así las cosas el usuario tendrá una buena experiencia al ver estructurada la información y, por otro lado, Google, entre otros, podrá rastrear, y posicionar, mejor nuestro artículo. De ahí que los subtítulos deban ser similares a los títulos.

La importancia del contenido multimedia

Por contenido multimedia entendemos todo aquellos que tiene que ver con imágenes y vídeos. Elementos ambos que no solo van a aportar información adicional al usuario sino que nos va a permitir optimizar un factor interno, y determinante para el posicionamiento, como es el tiempo medio de visita.

Piérdele el miedo a los enlaces

El objetivo de este párrafo es que dejes de pensar de una vez por todas que los enlaces son malos. No solo no son malos sino que te pueden llegar a beneficiar mucho. Tanto los internos como los externo. Sí, los externos también. Los enlaces internos deberían incluirse en todos los artículos. En primer lugar van a hacer que la autoridad de tu sitio fluya por todos y cada uno de los rincones del mismo. Esto es posible ya que cada enlace interno es una puerta por la que esa autoridad entra. Además, los enlaces internos, colocados de manera estratégica, ofrecen información adicional al usuario, el cual, tendrá una mejor experiencia. Del mismo modo, el hecho de que el usuario acceda a esos enlaces, nos permitirá optimizar algunos parámetros como el tiempo medio por visita, el número de páginas visto por sesión y el porcentaje de rebote. En cuanto a los enlaces externos, decir que no os van a hacer perder autoridad ni nada por el estilo. Es más, siempre los podéis establecer como “nofollow”. Sin embargo, la presencia de enlaces externos, no solo aporta naturalidad al texto sino que tanto los usuarios como los motores de búsqueda, lo van a tomar como fuentes alternativas de información. Y, de un tiempo a esta parte, dentro del marketing de contenidos, de lo que se trata es precisamente de eso, de ofrecer información de calidad. Ahora ya que sabes y tienes claro cómo estructura el blog de tu empresa, solo debes definir una buena estrategia de copywriting para poder sacarle el máximo partido. Recuerda que los artículos que incluyas en esta bitácora corporativa no solo podrán aportar un valor añadido a los usuarios sino que, gracias a ese vínculo entre tú y tu cliente, podrás generar una confianza que favorecerá, sin lugar a dudas, las ventas de tus productos o servicios.